martes, 22 de diciembre de 2015

Prejuzgar



¿ y quién no lo hace?
Lo hacemos todos
Muchas veces por el aspecto físico, por un gesto, por un comentario, por una mirada...a veces nuestra primera impresión acertará y muchas otras no

Eso es lo que acaban de hacer conmigo hace cinco minutos, prejuzgarme, exactamente las palabras dirigidas hacia mi persona, no directamente pero sí en voz suficientemente alta para que lo oyese, han sido; qué poca educación.

Al ir a salir de la urbanización, estaba tan embobada ocupándome de que el perro no mease donde mean todos los perros, en las papeleras, escaleras del jardín, en fin, en las zonas comunes...siempre me gusta salir deprisa porque en un descuido levantan la pata y ya lo han soltao

El caso es que justo cuando he cerrado la puerta tras de mí, me he dado cuenta y he escuchado ese comentario

Por no dejar que mi perro mease donde no debía, no me he dado cuenta de esperar con la puerta abierta a que entrara el vecino en cuestión.

Y ese comentario fijo iba para mí, a mí, que he perdido el autobús que para enfrente de mi puerta mil veces, por estar sujetándole la puerta a más de un vecino

Decir que me ha dado igual sería mentir, me ha sentado fatal y me ha dolido, porque sé que no tiene razón

Y ha servido para darme cuenta que todos y yo la primera, juzgamos demasiado pronto a las personas

Me han dado ganas de darle esta explicación, pero la verdad es que el hombre venía con cara de pocos amigos, estaría deseando llegar a su casa y lo que me faltaba es que me mandara a freir espárragos.
Así que he pensado que no merecía la pena y he elegido ahorrarme ese esfuerzo

Yoli

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